sábado, 26 de marzo de 2011

Un poquito de historia


Siguiendo con mi cruzada por conocer un poco más este país he estado leyendo un poco.

Resulta que Canadá también fue descubierto (yo nunca lo había pensado así). Después de que los éxitos de Colón se conocieran en Europa, en 1497, Juan Caboto, apoyado por la corona inglesa, cruzó el Atlántico y aunque tampoco consiguió llegar a China, tocó tierra en Labrador. Años después, en 1534, Jaques Cartier, por parte de los franceses, llegó a Quebec. Buscaba el equivalente al oro de los incas pero solo encontró mucho hielo y piedras. Los franceses fundaron la ciudad de Quebec en 1608 como puerto para comerciar con pieles, a los ingleses también les interesaba este comercio y ahí empezaron las peleas hasta que en 1763 Francia acabara su historia colonial en América cediendo todo el territorio a Inglaterra tras perder la batalla de las llanuras de Abraham.

Las dos grandes regiones del Alto Canadá (actual Ontario) y Bajo Canadá (Quebec) se acabaría uniendo en 1867 para formar un solo país al que posteriormente fueron anexando varios territorios limítrofes. En 1885 para simbolizar la unidad del país se construyó el Canadian Pacific Railway, tren que comunica Toronto con Vancouver (y que sigue funcionando hoy en día).

Como colonia mandar soldados a luchar por Inglaterra en la primera guerra mundial no les hacía mucha gracia (sobre todo en Quebec). Así empezó el movimiento que culmino con la independencia de Canadá en 1931. 

La herencia colonial más sorprendente que todavía hoy permanece es el hecho de que actualmente el monarca británico, sigue siendo el jefe del estado. 

La cara del dolar canadiense 

Y para acabar, lo que aprendí el otro día en el museo de ciencia de Ottawa, los inventos candienses que más molan: el teléfono, el baloncesto, el grandioso trivial  pursuit, la bolsa de basura  y el puré de patatas instantáneo.

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