martes, 31 de mayo de 2011

Algonquin Provincial Park

No podía abandonar Canadá sin conocer un poco la naturaleza de este país tan deshabitado y salvaje así que entre las paradas de la última semana estuve en el que fue declarado primer parque protegido en Canadá, el “Algonquin Provincial Park”.  El parque es famoso sobre todo por las rutas en canoa ya que queda justo al norte de los grandes lagos, pero los senderos naturales por los que se puede hacer excursiones son igualmente impresionantes.  Como este es un país taaan civilizado cuando empiezas una ruta de las recomendadas en el parque encuentras una libreta donde registrar que vas a hacer la ruta y una cajita donde recoges un mapa de la misma que depositas al llegar al final de la ruta (estos niveles de sofisticación en medio de un parque donde tienes la sensación de estar solo en la Tierra son bastante sorprendentes).



Lo más cerca que ví un animal salvaje en Algonquin

Con lo que me tuve que conformar

El simbolito típico del parque

Uno de mis objetivos al visitar el parque era cumplir uno de los tópicos que me faltaban: ver un alce canadiense, pero no lo conseguí, ni alce, ni oso, ni lobo que se supone que el parque está lleno. A cambio conseguí cumplir otro topicazo de casualidad. Ví que un grupo de campistas estaban haciendo un fuego de campamento y me acerqué sin dudarlo, conseguí que me invitarán a asar una marshmallow (esas nubes blancas que comen por aquí) encima de la hoguera. No sólo eso sino que me invitaron a un s’more, este consiste básicamente en coger una galletita salada estilo cracker poner unas onzas de chocolate encima y dejarlo junto a la hogera un rato, después la nube derretida se pone entre dos galletas y te comes esta bomba de calorías junto al fuego.  El nombre viene de cuando tienes la boca llena y dices “ I want some more” vamos “s’mooore”. 

Pues eso que otro topicazo cumplido. Y si repaso la lista no me he visto al alce y tampoco a la policía montada de chaqueta roja pero he comido jarabe de arce, visto un partido de hockey y disfrutado de muuuucha nieve.

En unas horas cojo el avión de vuelta a España y aunque esta experiencia habrá acabado seguro que muchas más están por llegar.


Un último saludo desde rue Kent.

No hay comentarios:

Publicar un comentario