Kingston fué capital de Canadá hasta que la reina Victoria decidió que estaba muy cerca de Estados Unidos para ser segura y trasladó la capital a Ottawa. Ahora es una ciudad tranquilla llena de estudiantes de la histórica universidad de Queens, con puerto y paseo muy cuidados frente a uno de los 5 grandes lagos, el Ontario. Algo así como una mezcla entre Oxford y Torrevieja. Por cierto que hasta aquí llega el canalRideau que empieza en Ottawa y que construyeron para mantener a la nueva capital comunicada por agua.
Frente al paseo de Kingston, interponiéndose entre Canadá y Estados Unidos, está la tranquila isla de Wolfe. Como el sistema de salud, el ferry que comunica la isla con el lado canadiense es público y gratuito, el que la comunica con EEUU privado y cuesta una pasta.
(la terracita caribeña a orillas del lago es de lo mejor de la isla)
La isla de Wolfe es totalmente rural, nada de edificios, solo casas de madera con un pequeño buzón junto al camino y graneros como en las películas. Eso, y el mayor parque eólico de todo Canadá con aerogeneradores de 2,5MW de potencia y 120m de alto. He alquilado una bici y he paseado por debajo de estos gigantes…
Para aquellas que me acompañásteis en ese maravilloso retiro, os diré que me ha recordado mucho a Saaremaa una isla aburridííísima muy tranquila en la costa de Estonia.
Un detalle que me ha llamado la atención es la costumbre de la gente por poner dibujitos en las lápidas, supongo que cosas queridas por el difunto
Un detalle que me ha llamado la atención es la costumbre de la gente por poner dibujitos en las lápidas, supongo que cosas queridas por el difunto
(el símbolo de la lápida de abajo a la derecha es el emblema del equipo de hockey de Montreal, el que perdió el partido el otro día)
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