Cataratas del Niágara

El lunes es fiesta en Canadá, es el “family day” aunque ni siquiera los autóctonos tienen muy claro que se hace en el día de la familia. Total, que como mi familia no está por aquí me he venido a ver las cataratas del Niágara…

… La verdad es que incluso ahora cuando el caudal no es tan abundante como en verano son impresionantes.  El río Niágara comunica dos de los grandes lagos (va desde el Erie hasta el Ontario) y dice la “lonely” que vierten el equivalente a un millón de bañeras por segundo (si ella lo dice).

Dicen que es el destino por excelencia para lunas de miel a ambos lados de la frontera natural que representan. Y la verdad es que estaba lleno de recién casados, las mejores las hindis-canadienses con sus elegantes saris cubiertos con chubasqueros de un solo uso.

La mayor pega es que en lugar de declararlo parque natural y protegerlo (al estilo Yosemitee) se han dedicado a instalar casinos, museos de cera, de los record guiness y otras cutrerías que hace que el pueblo junto a las cataratas parezca Las Vegas.

Además, he descubierto que el ingeniero español Torres Quevedo, a parte de hacer la sala de conferencias de mi escuela, también construyó un cochecito aéreo que sirve para cruzar de un lado del río a otro. Cuando me lo han contado en mi mente solo sonaba Juan Luis Guerra ( “porque es muy duro pasar el Niagara en bicicleta, No me diga que los médicos se fueron, uhuuu, no me digan que no tienen anestesista…")

Bridal Veil Fall (cataratas en el lado americano)

 Horseshoe falls (cataratas en el lado canadiense)

 El coche cruzacataratas de Torres Quevedo